'GEL BOY'- El diseño Medici de Atlacomulco
Cuando Leon X es vencido por Francisco I de Francia, se termina el galicanismo que sometía a los franceses a un "estado-iglesia". Un hombre hedonista pero con muy buen gusto para el arte, (obviamente un Medici) invierte su tiempo inutilmente en colocar a su sobrino 'Lorenzino' (Lorenzo di Piero de' Médici) como duque de un municipio italiano: Urbino. Digo inútilmente porque su ducado no duró mucho y le fue de alguna manera arrebatado por su incapacidad política y militar en una guerra.
(Unas fotos que tomé en la Toscana y en San Guimignano)
Luego lo recuperó y se convirtió en el señor de Florencia después de un entrenamiento político-militar; y después de haberse refugiado en San Gimignano en las altas colinas de la Toscana por sus heridas de guerra, tras una nueva batalla.
No fue sino su personalidad política, la que lo llevó a imponerse como el Lorenzo II de'Medici, sino el entrenamiento que su familia le dió. Incluso Maquiavelo, encerrado en prisión por el señor, le dedica su libro: "El Principe".
(Esta de arriba es una foto que tomé de la tumba de Niccolò di Bernardo dei Machiavelli en la Basílica Santa Croce en Florencia)
Este episodio de la historia Florentina es una muestra de cómo la política a pesar de los siglos, parece no formar parte de la evolución natural de todo lo demás en la vida. La historia política se repite continuamente, en lo micro y en lo macro de cualquiera de los estados del mundo. Este es el caso de nuestra reciente disyuntiva electoral en México ante un personaje cuyo tío fue desplazado de su poder en una guerra sucia desde su propio partido después de que este partido, el PRI, 6 años antes había perdido su reinado. Un producto diseñado para gobernar, cual personaje de cables y directrices insertadas creados por Issac Asimov.
Es evidente, después de ver el reciente video donde Enrique Peña Nieto se exhibe como una persona que no ha tocado un libro, que el señor es un producto con una personalidad política construida. Y no por el hecho de que el señor no lea, sino por la manera en que se ve incapaz de contestar de una manera fluida, se ve asaltado por una pregunta que, no estaba en el script. Y es que la personalidad política de Peña Nieto, está construida en escenarios donde al señor se le indica lo que tiene que decir y de que forma. Cuando vemos su respuesta en el video, el señor pretende emplear sus herramientas de comunicación no verbal en oratoria como los movimientos rectos y precisos de las manos, combinados con un tono de voz que transmite seguridad en sí mismo. Pero que al final, solo se desmoronó exhibiendo que solo son el aderezo a un platillo insipido.
Y es que Peña Nieto, ha sido diseñado desde niño para ser lo que es ahora, digamos, una personalidad programada cual robot y funcional para ser el intermediario perfecto entre los intereses de los que realmente gobiernan; y los explotados (la nación). Se ha concentrado una cantidad de esfuerzos en la imagen capitalizando esa capacidad que tiene de transmitir seguridad en una técnica de Gruen Transfer político. Esto aprovechando la desorientación de la percepción de la gente provocada por dos narrativa contrarias y yuxtapuestas. La ahora llamada lucha contra el crimen; y las narrativas del Bicentenario, Iniciativa México y Teletón. Vemos los noticieros atascados con contenidos de terror, pero, también vemos alegría y esperanza en eventos que simulan un país ajeno a todo ello. Tal como lo hizo G.W. Bush en las narrativas post-9/11, se desorienta a la gente para que cuando un evento o una persona que responda a esa figura paterna colectiva que el inconsciente colectivo ha sido inducido a necesitar, se desborden hacia él y lo quieran. Esto reforzado, o más bien, impulsado por la secuencia de comerciales que hablan de Peña Nieto disfrazados de notas periodísticas donde solo hablan muy bien de él, esto adherido, a una historia de telenovela que se transmite por las revistas que consume el target que no se pierde las novelas, el matrimonio con el producto imagenialógico del pesronaje "La Gaviota". la gente quiere ver un final feliz, ese final feliz es ver a la gaviota triunfando cuando su marido se convierta por fin, después de muchas aventuras, en presidente; y como La Gaviota es buena, seguro hará algo bueno por ellos.
Es entonces que gracias al nuevo flujo de información omnidireccional que vivimos, es que vemos como este medio en Cyberia desmantela los insights con los que fue diseñado este atractivo, elegante y flamante personaje de Enrique Peña Nieto, que no puede salirse del script ni ser abandonado en un escenario que no se encuentre en un ambiente controlado. Si bien el señor no ha tenido ningún autor que influenciara en su vocación política, cual Lorenzo de Medici sí tuvo una familia que lo programara para ser quien es, el grupo de Atlacomulco; y como Leon X, su tio Arturo Montiel. ¿Lo imaginan en un debate con AMLO?.
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