El loop - 02// En espera del Montielazo.
POR: VKO
Desde que Jorge Castañeda anunció un supuesto pacto entre el gobierno federal y Televisa, para la negativa al cambio de concesión de Telmex, se habría uno imaginado un espaldarazo de Televisa a Peña Nieto, ya que el pacto hubiera sido en torno a un favor mediático-electoral para el PAN. Hasta entonces la perspectiva de las condiciones para las elecciones del 2012 estaban proyectadas en una alianza PAN-PRD que Marcelo Ebrard y Enrique Peña Nieto veían con buenos ojos. Pero hasta el día de hoy, cuando las elecciones del Estado de México fueron en la opinión de muchos "líderes de opinión" la muestra de lo que serían las elecciones en 2012, ahora el PAN esperó lo mismo de Michoacán. Todo el terreno de juego ha cambiado. El PAN desaparece (en materia de aceptación popular) de la próxima contienda electoral, mientras que, al menor descuido en el interior de las diferentes corrientes del PRI, la balanza puede inclinarse por completo en favor de Andres Manuel López Obrador.
Especulando en los últimos eventos, la clara posición del gobierno federal en cuanto a Carlos Slim en el fallo de la SCT, lo alinea a capitalizar en quién es el enemigo del cliente más rentable de hoy para Televisa, AMLO, quien con la derrota aceptada el día de hoy por Marcelo Ebrard, será el principal contendiente contra Peña Nieto en las próximas elecciones presidenciales. Ahora tenemos, dos poderes fácticos en el juego que existe detrás de toda democracia representativa. Televisa vs. Slim / PRI vs. AMLO.
El peso icónico de AMLO es más grande que el objetivo de comunicación logrado por cualquier propaganda o mercadotecnia política del PRD. Ha dedicado el sexenio completo a trabajar en una campaña que recoge la aceptación popular de abajo hacia arriba, lo que en realidad es más poderoso que una campaña que pretende convencer de arriba hacia abajo, como la de Peña Nieto por Televisa.
Es por esto que el principal enemigo del PRI, no es el PRD; y mucho menos el PAN. Obrador ahora emerge como el candidato más poderoso cuando hasta hace unos meses, en el mainstream, se le hacía referencia como una figura política sin poder.
Las apuestas van a que el candidato ganador, será aquel que tenga todo el apoyo de las fuerzas mediáticas más poderosas del país. Peña Nieto es el flamante héroe o la figura de autoridad que emerge de las narrativas yuxtapuestas de la violencia imperante del país, sobre la opuesta secuencia de eventos motivacionales de los festejos del Bicentenario y los spots de Iniciativa México. Gruen Transfer político
Pero toda esta cuidadosa estrategia por hacer la transferencia de figura de autoridad de un chivo expiatorio como Calderón, a Peña Nieto, puede ser destruida por el más mínimo evento en contra, ya que, en un organismo vivo, las probabilidades cambian en lo universal, partiendo de un pequeño evento particular. Es decir, el terreno de batalla electoral se da en un organismo que parece tener vida propia, el medio ; y tiene un comportamiento caótico. Bajo esta apreciación, las reglas del juego pueden volver a cambiar de un momento a otro, tal como sucedería si Beltrones decide, ganar la candidatura "haga sido como haga sido", porque posiblemente, como se rumora, hay muchos ataques guardados para el momento correcto contra Peña Nieto que pueden salir de cualquier lado; y eso, significa una división en el partido, lo que en un principio, fue la desmoronización del PRD.
Si se da este escenario, AMLO gana.
Estamos de regreso en un 2006 recontextualizado, en las vísperas de una nueva guerra sucia, en el loop sexenal renovado por la influencia corporativa.
Desde que Jorge Castañeda anunció un supuesto pacto entre el gobierno federal y Televisa, para la negativa al cambio de concesión de Telmex, se habría uno imaginado un espaldarazo de Televisa a Peña Nieto, ya que el pacto hubiera sido en torno a un favor mediático-electoral para el PAN. Hasta entonces la perspectiva de las condiciones para las elecciones del 2012 estaban proyectadas en una alianza PAN-PRD que Marcelo Ebrard y Enrique Peña Nieto veían con buenos ojos. Pero hasta el día de hoy, cuando las elecciones del Estado de México fueron en la opinión de muchos "líderes de opinión" la muestra de lo que serían las elecciones en 2012, ahora el PAN esperó lo mismo de Michoacán. Todo el terreno de juego ha cambiado. El PAN desaparece (en materia de aceptación popular) de la próxima contienda electoral, mientras que, al menor descuido en el interior de las diferentes corrientes del PRI, la balanza puede inclinarse por completo en favor de Andres Manuel López Obrador.
Especulando en los últimos eventos, la clara posición del gobierno federal en cuanto a Carlos Slim en el fallo de la SCT, lo alinea a capitalizar en quién es el enemigo del cliente más rentable de hoy para Televisa, AMLO, quien con la derrota aceptada el día de hoy por Marcelo Ebrard, será el principal contendiente contra Peña Nieto en las próximas elecciones presidenciales. Ahora tenemos, dos poderes fácticos en el juego que existe detrás de toda democracia representativa. Televisa vs. Slim / PRI vs. AMLO.
El peso icónico de AMLO es más grande que el objetivo de comunicación logrado por cualquier propaganda o mercadotecnia política del PRD. Ha dedicado el sexenio completo a trabajar en una campaña que recoge la aceptación popular de abajo hacia arriba, lo que en realidad es más poderoso que una campaña que pretende convencer de arriba hacia abajo, como la de Peña Nieto por Televisa.
Es por esto que el principal enemigo del PRI, no es el PRD; y mucho menos el PAN. Obrador ahora emerge como el candidato más poderoso cuando hasta hace unos meses, en el mainstream, se le hacía referencia como una figura política sin poder.
Las apuestas van a que el candidato ganador, será aquel que tenga todo el apoyo de las fuerzas mediáticas más poderosas del país. Peña Nieto es el flamante héroe o la figura de autoridad que emerge de las narrativas yuxtapuestas de la violencia imperante del país, sobre la opuesta secuencia de eventos motivacionales de los festejos del Bicentenario y los spots de Iniciativa México. Gruen Transfer político
Pero toda esta cuidadosa estrategia por hacer la transferencia de figura de autoridad de un chivo expiatorio como Calderón, a Peña Nieto, puede ser destruida por el más mínimo evento en contra, ya que, en un organismo vivo, las probabilidades cambian en lo universal, partiendo de un pequeño evento particular. Es decir, el terreno de batalla electoral se da en un organismo que parece tener vida propia, el medio ; y tiene un comportamiento caótico. Bajo esta apreciación, las reglas del juego pueden volver a cambiar de un momento a otro, tal como sucedería si Beltrones decide, ganar la candidatura "haga sido como haga sido", porque posiblemente, como se rumora, hay muchos ataques guardados para el momento correcto contra Peña Nieto que pueden salir de cualquier lado; y eso, significa una división en el partido, lo que en un principio, fue la desmoronización del PRD.
Si se da este escenario, AMLO gana.
Estamos de regreso en un 2006 recontextualizado, en las vísperas de una nueva guerra sucia, en el loop sexenal renovado por la influencia corporativa.
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